sábado, 16 de febrero de 2008

Una muestra de la autonomía socialcristiana

Una muestra de la autonomía socialcristiana
Por Mario Ramos
DirectorCentro Andino de Estudios Estratégicos

Para exigir su autonomía, cada vez que puede el funcionario local guayaquileño Jaime Nebot, vocifera que lo ejecutará ‘con ley o sin ley’. Incluso ha lanzado la ‘novedosa’ tesis de ‘un país, dos sistemas’, exponiendo claramente el caricaturesco pensamiento de una derecha para la cual, conceptos como: unidad nacional, interés nacional, visión nacional, estado nacional, no están en su software. Los chinos inventores de esa idea producto de una historia y realidad geopolítica muy particular, pueden sentirse ‘complacidos’ que han encontrado en tierras equinocciales un seguidor satírico de sus tesis políticas.

Ni soñar que entiendan y peor aspirar a que practiquen conceptos como democracia participativa, planificación participativa de la gestión local, gobernabilidad democrática. ¿Hay algo de esto en la autonomía de los socialcristianos? ¿De qué categorías y variables se compone el interés autonómico de la derecha? ¿Se han preguntado esto los ciudadanos guayaquileños?
Nadie puede estar en contra de reales procesos de descentralización, es decir, de reparticipación democrática del poder. Si las leyes e intenciones en ese sentido no se han concretado, es precisamente, porque quienes más vociferan por la autonomía lo han impedido. El ‘debate’ que plantean es falso, ya que en el Ecuador lo cotidiano ha sido la inequidad, injusticia y corrupción en la organización política de su Estado, caracterizado por su exclusión económica y social, y un regionalismo instrumento de intereses particulares. Los autonomistas de la derecha no conocen el principio de solidaridad y complementariedad.

El funcionario local Nebot no comprende que para mantener la unidad del país, el Ecuador tiene que aceptar su diversidad regional, étnica y cultural. Entender esto como uno de sus componentes más profundos, y procesar que esto no es un obstáculo para el desarrollo, sino una riqueza.

La derecha ecuatoriana utiliza el tema de la autonomía como instrumento de convocatoria, usan el anticentralismo para ocultar obscuros intereses, es decir, obtener más poder económico y mayor discrecionalidad en el manejo de recursos.

La autonomía socialcristiana es un paso solapado para una mayor privatización, desregulación y desmantelamiento, de lo que pueda quedar de estatal y social en la provincia del Guayas. Esto es lo que explica fenómenos sociopolíticos como el deseo de los cantones de la península en convertirse en provincia, simplemente el poder se ha centralizado a tal nivel en esa región que los vicios nacionales se han reproducido con igual o mayor profundidad en ese sector del país.
Corporación Registro Civil del Guayas, ejemplo de la ‘eficiencia’ autonómica socialcristiana.
Es un secreto a voces en Guayaquil, muy convenientemente ocultado por los grandes medios de comunicación, que si uno acude a la Corporación Registro Civil del Guayas y dices, me llamo Jaime Nebot siendo Juan Pérez, te cedulan a pesar de que tienen la base de datos y dicen contar con la ‘tecnología más avanzada’.

El precio de los servicios está establecido y son superiores a los que determina el Decreto 777 de octubre del 2000. Los ‘errores’, o mejor dicho la legalización de las ilegalidades se explica en parte, porque entre los empleados de esa Corporación se encuentran tramitadores que antes hacían su ‘trabajo’ en el Registro Civil estatal. Si hablamos de personas implicadas en redes de corrupción, imaginen qué estarán haciendo.

El Registro Civil, la identidad de los guayaquileños, manejado como un negocio más. El documento ya no lo proporciona el Instituto Geográfico Militar (IGM), sino alguna empresa vinculada al círculo de poder de la derecha porteña, ya que siendo especie valorada, se convierte en mercancía. Con ‘criterio profesional y jurídico’ de la Procuraduría General del Estado, se le quitó al IGM la competencia de elaborar estos documentos exclusivamente para el caso de la Corporación Registro Civil de Guayaquil o socialcristiana.

Dimensionemos esto en el marco de las elecciones para la Asamblea Constituyente. Cuantos votos interesados pueden aparecer por arte de magia.

Por otro lado, el documento de identidad que emite la Corporación Registro Civil del Guayas, sólo sirve en algunas instituciones y exclusivamente en el cantón Guayaquil. Si un ciudadano guayaquileño sale a hacer un trámite público o privado en otra provincia o cantón, simplemente no le aceptan el mencionado documento. Lógico, el instrumento de identidad de los/as ecuatorianos/as se convierte en un elemento de la cultura nacional, algo diferente simplemente es rechazado. En sentido amplio, es uno más de los símbolos patrios, tanto como la bandera, el himno o la camiseta de la selección nacional de fútbol. Inclusive se llegó a conocer de un caso de una persona que presentó en el exterior ese documento otorgado por el Registro Civil socialcristiano, la detuvieron por considerar que portaba un documento falso.

¿Así entiende la autonomía la derecha socialcristiana? ¿Acaso esto no es un ejemplo claro de promover la desunión del país? ¿Se promueve el separatismo? ¿Qué país en el mundo tiene dos documentos de identidad? Que yo conozca, ninguno.

Un Estado que merezca tal nombre para su organización debe tener instituciones de carácter nacional. ¿Acaso se puede tener dos Fuerzas Armadas? ¿Dos ministerios de relaciones exteriores? ¿Dos selecciones de fútbol? Una institución que opera la identidad de los/as ecuatorianos/as no puede ser desmembrada, y mucho menos manejada bajo intereses políticos particulares. El Registro Civil que emite el documento que permite a los/as ecuatorianos/as casarse, obtener la libreta del IESS, certificados de nacimiento, defunción, etc., no puede caer en manos de una mal entendida autonomía.

Por otro lado, recordemos el esfuerzo que le tomó al Estado ecuatoriano, llegar a contar con una institución llamada Registro Civil. Fue gracias al proceso de la Revolución Liberal que el Ecuador organizó un Registro Civil. Fue la primera Constitución Alfarista (1897) la que permitió la creación de la institución, y le quitó a la Iglesia los medios de información y control que tenía sobre los ciudadanos, lo que significó un gran paso en la democratización de nuestra sociedad.
16 de septiembre
Por escrito:

El 3 de septiembre, el funcionario local Nebot, realizó una declaración que pone en clara evidencia el verdadero sentido de la tan cacareada autonomía que promueve.
Señaló que no acatará los resultados de la Constituyente, lógicamente se adelanta y vaticina que éstos no serán favorables a los intereses de la derecha. Encantadora su concepción de democracia. En efecto, el Partido Social Cristiano al cual pertenece Nebot, interviene en la elección de asambleístas, lo cual le hace partícipe del proceso constituyente. El estatuto fue validado en consulta popular, y Nebot públicamente se mostró favorable a que se realice la misma, siendo ratificada la realización de una Asamblea Constituyente por el 82% del electorado. La nueva constitución será sometida a referéndum aprobatorio, y sin embargo, el sedicioso funcionario local Nebot, con su característica bravuconada, señala que no se siente obligado a someterse a la próxima Carta magna.

Para el ‘Estado Social de Derecha’, las reglas del juego democrático son respetables únicamente cuando los resultados les favorecen. Las declaraciones del sedicioso funcionario socialcristiano indican que su estrategia será sabotear la Constituyente jugando al separatismo. Sin embargo, la torpeza de la derecha le hace ver similitudes entre Bolivia y Ecuador, cuando son realidades diferentes. Y no voy por el momento, a profundizar en las diferencias políticas e históricas existentes entre ambos países, es preferible que la derecha muera en su ignorancia.

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